Wednesday 6 October 2010

Objetos perdidos



















Así como la protagonista de "In search of a midnight kiss", yo también tengo algunas obsesiones, e historias -inconclusas- de objetos perdidos en la ciudad.
Hoy es un zapato, ayer era un cuaderno, mañana podría ser una silla.
Qué hace realmente un zapato abandonado boca abajo una mañana cualquiera en una calle residencial?
Separado de su par,  en qué se convierte?
A los ojos de casi todos es ya un desecho.
Aún cuando todavía en sí esté íntegro, completo,
y todavía con una dignidad de zapato que podría seguir ejerciendo la función por la cual fue creado, es ahora sólo algo que yace a un lado de la calle, y que eventualmente el barrendero recogerá.
¿Cuántos se preguntan a quién perteneció, y sobretodo, a dónde ha ido a parar su otro par? ¿Cuántos se preguntan cómo ha sucedido que un zapato cerrado y con trenzas, tan bien calzado una vez que el pie le ha dado significado, haya podido salirse del pie a quien pertenecía?
Y su dueño -porque seguramente tuvo un dueño en algún momento, cercano o lejano- recuerda lo sucedido? Recuerda su dueño la hora, el momento en que lo perdió?
Nuestro Tiempo se está convirtiendo en Prisa; y aún aquellos objetos que no han terminado de vivir completamente su vida, se ven reemplazados por otros, porque lo efímero lleva la batuta. Para aquellos perdidos, no hay tiempo para ser buscados y encontrados. Y para los nuevos, no hay tiempo de llegar al desgaste, no hay tiempo de llegar a viejos. A menos que se establezca realmente con el propietario una historia de amor de las buenas. De las verdaderas. De estas aún se generan algunas, afortunadamente.
Agradecemos -nosotros y los objetos- el retorno del modo 'vintage', para suerte de todos aquellos objetos con pasado.
Cada objeto que yace abandonado, espera la historia que le pertenece, espera que su historia lo recobre, lo cuente, porque las cosas también tienen una vida y una función, y por ende un alma y una manera.
En la edad de la prisa, eso casi nunca ocurre.
Cuando veáis un zapato abandonado, un cuaderno o una silla, por favor, no dejéis de imaginaros una historia, aunque sean miles las posibles.
Ellos os estarán agradecidos.