Saturday 30 April 2011

What makes us humans



Dance, dance, dance
otherwise we are lost


Pina Bausch



En el memorial de Pina, Wim Wenders pronunció estas palabras:
"Pina con frecuencia miraba a su alrededor irremediablemente cuando no podía encontrar las palabras adecuadas, como si fuese posible encontrar la respuesta con sus ojos. Es allí donde se hace evidente lo mucho que Pina confiaba en su mirada más que en sus palabras. Al menos confiaba mucho más en lo que podía ser visto que en lo que podía ser dicho"

Ver la peli que Wim Wenders pudo terminar, a pesar de la súbita muerte de Pina Bausch en Junio del 2009, ha sido una de las experiencias más bellas que he vivido.

Como él mismo dijo: "Pina reinventó la danza. Por mi parte sentí que en cierta forma yo también tenía que reinventar la manera de hacer cine".



Lo que Wenders ha logrado es proporcionar una experiencia totalmente sensorial y tridimensional del cine, no sólo como si se estuviese viendo a los bailarines vivos, en tiempo real, bailando frente a uno, sino como si uno mismo bailara con ellos.

Pero como la danza de Pina es totalmente emocional, bailar con Pina como espectador significa sentir que nos baila el corazón, los labios, las manos, las hebras de nuestro cabello, cada una individualmente, los ojos. Y también nuestros miedos bailan, nuestras preguntas, nuestra felicidad de vivir, nuestro asombro, nuestra fragilidad, los límites de nuestra propia humanidad, que era la humanidad de Pina, y que ella siempre exploraba incansablmente.
Todo en movimiento poético. Como era ella.

Fue asombroso, como lo son las emociones y la belleza cuando es llevada a límites casi insoportables de poesía.


Movimiento que se transforma en imagen surreal, oniríca, imposible de racionalizar, imposible de entender, tal y como nuestros sueños. Movimiento que seduce, que hechiza como el más mágico de los encantamientos.

Eso hacía ella. Eso ha logrado Wenders, con los bailarines de la compañía Tanztheater Wuppertal y con la música utilizada, que es durante la peli una bailarina más, sin duda tan grande como cada uno de los integrantes.

Pocos homenajes van tan cargados de amor como éste.

Los ojos de muchos bailarines todavía están llenos de incredulidad y asombro ante su ausencia.
Muchos todavía divagan como perdidos buscándola. Muchos la llaman en sueños.

Ella era todos ellos y todos ellos viven en Pina. Y por siempre vivirán, en la eternidad del Tiempo y del Movimiento.

Gracias Wim!