Tuesday 20 September 2011

Mamihlapinatapai



Según el libro de los Récord Guiness, ésta es la palabra más concisa del mundo.

Mamihlapinatapai pertenece al idioma de los indios Yámanas, de la Tierra del Fuego, y significa una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean pero que ninguno se anima a iniciar.

Como en El Secreto de sus ojos, en la estación de tren.

Ese fue un mamihlapinatapai.

Saturday 10 September 2011

Un poco de rutina por favor


If you think adventure is dangerous,
try routine. It is lethal.

Paolo Coelho




Un poco de rutina por favor.
A veces me pregunto si no estaremos todos equivocados.
Hay muchos mitos en nuestras vidas. Conceptos que se toman como verdades, se hacen sagrados como reglamentos. Se toman como absolutos indiscutibles. Y nosotros comenzamos a rezarlos, porque los hemos escuchado de quienes consideramos hombres felices o libres, o sabios.

Los horarios y las repeticiones, por ejemplo.

Un caminito de tierra en medio de una sabana: no sería más bien una bendición?
A veces el río agradece tener un cauce, unos palitos que guíen sus aguas revueltas.
El río agradece moldearse y hacerse más angosto a veces, ordenarse, cantar  de una forma más rítmica y acompasada, tener un solfeo que permita entonar su melodía.

Cuando fuimos niños fue necesario que nos enseñaran la cotidianidad. El tetero por la mañana, la siesta a media tarde, el vaso de leche con galletas, la bañera llena de agua antes de dormir, una historia antes de cerrar los ojos. Las tres comidas sentados a la mesa, con platos y cubiertos, y pan entibiado en el hornito eléctrico. En nuestra niñez eran todos momentos magistrales.

Luego alguien dijo que eso era malo. Que era de mediocres. Que era aburridísimo. Que una vida que se vistiera con rutina, iba perdiendo encanto y frescura poco a poco.

Hay que tener cuidado. Lo que es letal es la rutina sin pasión. Las repeticiones a ojos cerrados.
Es andar por el caminito de tierra creyendo que lo conocemos tan bien que ya no hay nada que mirar o descubrir. Es básicamente dejar de mirar. Eso es la rutina cuando se pronuncia con telarañas.

Pero los que hemos dejado de tenerla también sabemos que una vida sin ella es una falacia.

Puede que sea necesario cambiar, saber que ningún hábito es para siempre, sabernos libres de rediseñar nuestra partitura con nuevos matices y tiempos en ella.
Saber que podemos reacomodar todas las notas para una nueva lectura. Siempre podremos.

De hecho lo hacemos. Siempre nos reinventamos. Cada quien a su manera.

Pero también es bueno que seamos agradecidos de tener un camino de ida hacia algún lado y un camino de retorno hacia una morada que siempre está en el mismo lugar.
Aprendernos de memoria un número.
Valorar como tesoro un modesto ritual de té caliente o capuccino con galletitas por la tarde, y si acompañados por alguien querido saberlo un lujo.
Poder comer cuando tenemos hambre, esas tres veces al día que tienen hasta nombre propio.
Tener una misma cama mullida con edredón y sábanas limpias que nos reconoce y nos espera por las noches.

Y cuando pensemos que el camino es siempre el mismo y se está haciendo aburrido, recordemos abrir bien los ojos. En un instante pasa la eternidad cuando la conciencia está despierta.

De un día para otro una flor que era botón se ha abierto. El cielo nunca es el mismo.
Las cerezas vienen en junio, pero en Septiembre se esperan los higos Y en Octubre y Noviembre hay que respirar profundo el perfume de las castañas rostizadas.

Hay dos frases que almaceno en mi memoria y que espero no olvidar nunca.
Una es la de un amigo indigente que tuve, que vivía un poco aquí y un poco allá, en la calle o bajo techo cuando tenía la suerte de tenerlo. Un día Hermes me dijo:
"Tienes mucha suerte de tener un camino de regreso, que recorres de memoria todos los días.
Ahora no lo entiendes, pero algun día sabrás que es una bendición".

La otra es de Raiza Ruiz, la doctora venezolana, la de la tumba y la lapa.
Después de la odisea Milagros Socorro la entrevistó.
Al final de la entrevista, esta frase me sacudió en su día, y siempre la releo para que me vuelva a sacudir:
"Uno no sobrevive para las grandes cosas sino para vivir la vida normal.
No hay cosa más grande que la vida normal, ver a su familia, a sus amigos, para dormir en una cama limpia, para ver las calles conocidas, para ayudar a los otros… incluso para saber quién fue a tu entierro y quién lloró por ti".



Nada es igual, nunca.



Tuesday 16 August 2011

El gran golpe del leñador






































 Oh tú, visitante de la Tate Gallery, 
detente un instante ante este momento detenido del leñador mágico, 
reflexiona sobre el peso de lo irrevocable 
y da gracias por tu frágil cordura 
al oscuro destino que ignoras.



La pasión según Richard Dadd.

Por Fernando Savater

El artista británico Richard Dadd murió el 8 de enero de 1886, después de haber pasado 42 años encerrado en varios centros de reclusión para lunáticos. Tras un viaje por Italia, Grecia, Turquía y Egipto, una insolación le hizo perder el contacto con la realidad.
Después de matar a su padre, Dadd se dedicó intensamente a la pintura. El gran golpe del leñador mágico es una de sus obras, que regaló a uno de sus enfermeros de un manicomio y que ahora se puede ver en la Tate Gallery de Londres. Es un óleo obsesivo que suscita la reflexión sobre el peso de lo irrevocable.
Al visitante de la Tate Gallery de Londres le aconsejaría una atención especial a una de las más singulares y menos frecuentadas obras: The fairy-feller's masterstroke (El gran golpe del leñador mágico), que fue pintada en el manicomio de Bethlem entre los años 55 y 64 del siglo pasado. Su autor, Richard Dadd, artista, parricida y demente, murió el 8 de enero, hace 100 años, tras haber pasado 42 encerrado en varios centros de reclusión para lunáticos.

Quisiera celebrar con esta breve nota su destreza pictórica y también rememorar su calvario.
Richard Dadd nació en agosto de 1817 en Chatham (Kent), hijo de un distinguido químico que unos años más tarde se instaló en Londres. En esta capital realizó sus estudios de arte y pronto se hizo notar por obras de delicada fantasía plasmada con preciso realismo, como Puck, Titania sleeping y, sobre todo, Come into these yellow sands, una cabalgata de danzantes feéricos en una playa a la luz de la luna que fue la sensación de la exposición anual de la Royal Academy en 1842. Dadd tenía 25 años, y en esa misma fecha partió con su amigo sir Thomas Philips, antiguo alcalde de Newport, a un viaje iniciático por Italia, Grecia, Turquía y Egipto. En el trayecto realizó numerosos esbozos -la Salute de Venecia, olivos de Atenas, camellos turcos, paisajes de Rodas...- y algunos óleos de tinte oriental, muy dentro del gusto victoriano que comenzaba a perfilarse. En la Navidad de 1842 sufrió una fortísima insolación en Egipto que hizo temer por su vida.
A partir de entonces su imaginación se desbocó por rumbos sublimes y peligrosos.
 
Cuando volvió a Inglaterra, Richard Dadd se sabía poseído por él dios egipcio Osiris, que había decidido convertirle en su emisario e instrumento. La tarea que le encomendó era urgente y vasta: acabar con las manifestaciones del diablo que pululan por el mundo. Una de las advocaciones satánicas más evidentes encarnaba en sir Thomas Philips, su ex compañero de viaje; otra, aún peor, en su propio padre, el reputado químico que tantas ilusiones tenía depositadas en el hijo artista.

Robert Dadd se resistió a reconocer la insania de su hijo y aspiró a curar las secuelas de la fatal insolación por medio del reposo. Pese al dictamen sin ambages del doctor Alexander Sutherland, que consideró que Richard ya no era responsable de sus actos, el padre siguió resistiéndose a internar a su hijo en un manicomio. Entre tanto, la voz de Osiris no cesaba en sus secretas amonestaciones y su enviado en la tierra tramaba un plan exterminador.

Con el pretexto de que una estancia en su tierra natal le repondría, Richard citó a su padre en Cobhan y allí se reunieron para cenar en Ship Inn. Después salieron a dar un paseo. A la mañana siguiente, el padre fue encontrado apuñalado en una zanja y Richard huyó a Francia, donde Osiris iba a señalarle nuevos avatares diabólicos que debían ser inmolados. Fue arrestado cerca de Fointainebleau, tras haber agredido a un desconocido en un vagón de tren, un poco al modo del personaje de Gide en escaves du Vaticain.

Internado en el State Criminal Lunatic Asylum, dependiente del Betlhem Hospital, Richard Dadd dio por terminada su misión de mayal del dios y volvió a su oficio de pintor.
Produjo obras de diseño minucioso y propósito inquietante, cómo su Oberon y Titania, la perturbadora acuarela titulada The child's problem, o su serie sobre las pasiones humanas.
También efectuó apuntes plácidamente sombríos de la rutina manicomial. Pero, sin duda, la más memorable de sus creaciones fue el pequeño óleo (55 cm x 40 cm) en el que se retrata de una vez por todas el magistral golpe del leñador mágico, cuya realización le ocupó casi 10 años y que dejó inacabado al ser trasladado al manicomio de Broadmoor.

En un escenario de abigarramiento obsesivo, pintado al microscopio, sin huecos ni alivio, el anónimo leñador se dispone eternamente a descargar su hachazo definitivo sobre una gigantesca castaña. Diversos personajes de fábula, elegantemente hechizados o grotescos, margaritas atentas, juncos, frutos caídos, observan con aliento suspenso la ejecución de lo inminente. Quizá esperen ser rescatados por ese sacrificio a la vez implacable e incruento, duplicación misteriosa de aquel otro, sanguinario, que los esclavizó en el jardín alucinante.

Es la vivencia desgarradora del tiempo en la acción lo que está allí pintado, como bien resume Octavio Paz en su comentario de la obra: "La espera es eterna: anula el tiempo; la espera es instantánea, está al acecho de lo inminente, de aquello que va a ocurrir de un momento a otro: acelera el tiempo".

Eterno retorno de lo mismo tan raudo que ni siquiera llega a ocurrir la primera vez, y así consigue su particular infinitud, juntamente opresiva y fascinadora. En el pequeño óleo no se distingue ni una pincelada: las figuras no parecen pintadas, sino injertadas en un decorado tangible.

Trasladado a Broadmoor, Richard Dadd regaló su obra maestra inacabada a uno de sus enfermeros. En su nueva penitenciaría sobrevivió aún 21 años, hasta el 8 de enero de aquel 1886.

Oh tú, visitante de la Tate Gallery, detente un momento ante este momento detenido del leñador mágico, reflexiona sobre el peso de lo irrevocable y da gracias por tu frágil cordura al oscuro destino que ignoras.

Sunday 7 August 2011

Si escribo lo que siento

Si escribo lo que siento es porque así disminuyo la fiebre de sentir.
Lo que confieso no tiene importancia, pues nada tiene importancia.
Hago paisajes con lo que siento. Hago fiestas de las sensaciones........
Estas confesiones de sentir son solitarios mios...... Me desenrollo como una madeja multicolor, o hago conmigo figuras de cordel, como las que se tejen entre los dedos estirados y se pasan de unos niños a otros. Sólo me preocupo de que el pulgar no estropee el lazo que le corresponde. Después, vuelvo la mano y la imagen resulta diferente. Y vuelvo a empezar.

Fernando Pessoa
(Libro del desasosiego)

Thursday 14 July 2011

La libertad del Iluminado



 Rico no es el que más tiene,
sino el que menos necesita.

Facundo Cabral



Desde la muerte de Facundo no he dejado de pensar.
Si, lo sé, siempre se está pensando.
Pero estos pensamientos son diferentes.
Son pensamientos que preguntan. Que están inquietos.
Como de quien se cuestiona el estar donde se está y el hacer lo que se viene haciendo.

Mis preguntas han ido desde cómo llega un Iluminado a ser libre, en una sencillez perfecta como la del círculo, hasta qué se requiere para saltar hacia ese otro lado donde el miedo ya no tiene voz. Las primeras realmente consecuencia de las últimas.

Mis pensamientos me preguntaban por qué morían antes de los tiempos naturales los que tienen cosas por decir. (No sólo los asesinados). Por qué morían Lennon, García Lorca, Malcom X, Jim Morrison, Ian Curtis, Jimy Hendrix, Violeta Parra, Bob Marley, Fredy Mercury, como dejando en los vivos una sensación de que todavía quedaban cosas por decir.

En la lista no todos son iluminados, claro. Ante todo fueron profundamente humanos. Todos vivieron intensamente la vida, con la pasión de los genios.

Tampoco todos los genios mueren jóvenes claro está. Muchos han cumplido sus ciclos vitales y se han ido a una buena edad, entrados los setenta, pudiera decirse.

Pero la pregunta aquí es ¿si Facundo no hubiese perdido a su esposa e hija, habría decidido de todas formas no tener nunca más una casa? ¿Si no hubiese probado tantas penurias y sobresaltos, habría perdido el miedo?
(voy a usar solo presentes, porque él nos sobrevivirá a todos. Muerto como está, más vivo que nunca. Nosotros nos iremos, y él seguirá hablándole a los que vengan después de nosotros, siempre en hoy).

¿Podría alguien llegar hasta dónde él llegó llevando una vida de las que llamamos normales?

Para poder realmente caminar del otro lado del mundo, hay que llegar a ese extremo donde ya no se teme el perderlo todo. Hay que estar realmente dispuestos a andar desnudos.
Es realmente deshacerse del 'parásito del ego' -como lo ha nombrado Matthieu Ricard-.

Pero para 'desmantelar la importancia personal' (palabras de Ricard), para dejar de pensar que tenemos que llegar a la colina del éxito aún jóvenes con casa propia, ahorros y tarjetas de crédito resplandencientes, y además haciendo lo que queremos y sólo rindiéndole cuentas a nuestro propio yo, hay que dar un salto hacia afuera. Afuera, donde la colina del éxito no existe.

Un salto hacia afuera, para poder dar nuestro salto hacia adentro.

Nuestro adentro, donde está la intuición, el entendimiento y la imaginación.

¿Pero qué es lo que se intuye o se imagina? Allí se debe intuir y entender todo, fresco y espontáneo, como ver un mango bajito y cogerlo con la mano. Como tener sed y justo ver que pasa un riachuelo a nuestro lado.

En ese adentro todo es simple y fácil. Es la perfección del círculo donde vive Facundo.

No el laberinto. Nuestra mente sería un barquito flotando sin resistencia en el agua. Yendo hacia ningún lado. Sólo flotando sobre el agua.

"El pensamiento es el espíritu crítico, pero es necesario pensar hasta que llegas a ese umbral en el que el pensamiento ya no sirve para nada y ahí has de tirarte de cabeza: o al miedo o a la confianza".
(Eric Emmanuel Schmitt)

Ese salto a la confianza, ¿puede hacerse manteniendo cuentas bancarias, hipotecas y más de cinco passwords?

Wednesday 22 June 2011

El canto del Uiraparú

Texto: Nicolás Soldo
(del blog sobreleyendas)

Uno de los cantos de ave más maravillosos que puedan escucharse corresponde al de un pequeño pájaro que vive en la selva amazónica y que se llama Uirapurú.
El Uirapurú está revestido de misticismo. Esto se debe a que además de ser un canto de extrema belleza, tiene el aditivo de ser difícil de escuchar. Primero porque es un pájaro que vive en plena selva. Segundo porque emite su canto unos pocos minutos en la mañana, y lo hace mientras hace su nido, lo cual acontece durante cerca de quince días al año. Nada más.
Las leyendas que circulan en torno a este pájaro son variadas. Se habla de un joven guerrero, de un enamorado y hasta de un dios que bajó a la tierra convertido en ave, lo que explica la calidad, sencillez y belleza de su canto.
También se cuenta que era el joven más hermoso de la tribu, amado y codiciado por las mujeres del lugar, pero que muere tempranamente en una batalla. Los lamentos de las mujeres de la tribu son escuchados por Dios quien transforma el alma del guerrero en un hermoso pájaro, que, como el joven, es difícil de encontrar, pero que llena con su canto el espíritu de quienes lo escuchan.
Pero la versión más conocida en Brasil dice que el joven se había enamorado de la esposa del cacique, pero como este era un amor imposible, el joven rogó a Tupá que hiciera desaparecer ese dolor del amor, por lo que el dios lo transformó en un ave. En un ave con un encanto especial al que llamó UIRAPARU, que significa 'pájaro que no es pájaro'.
Asi, una vez convertido, el joven cantaba todas las noches a su amada para hacerla dormir. Pero el cacique, encantado con su voz, quiso poseerlo para que cantara para él.
Fue entonces cuando el Uiraparú se alejó por siempre de la tribu y de su amada para cantar en la selva, para todos y para nadie.
Se dice que escuchar su canto trae suerte a quienes tienen este privilegio.
Algunos buscan sus plumas como fetiche de buenaventura. Se cree que gracias a ello los hombres tendrán prosperidad y las mujeres encontrarán el amor.
Hay algo mágico en este pájaro y es que cuando canta, esos pocos minutos al año, el resto de la selva amazónica enmudece. Todas las aves, animales, y hasta el río callan para poder disfrutar del canto del Uiraparú.

Wednesday 25 May 2011

Proyecto 365Grateful

Mi personal Proyecto 365Grateful, inspirado en Lori Portka.
También conocido aquí como Felicidad y otras formas.
Una serie de imágenes sin orden cronológico ni temático de mi autoría,
en celebración de la Felicidad y del Agradecimiento. Con mayúsculas, por supuesto.



 Semillas de Albahaca con 'fecha de caducidad' pasada hace cien años.
Siempre milagreras, siempre portadoras de milagros. Aquí la prueba:
Albahaca asomándose.

 Piñita de pino. Milagrera. Portadora de asombro infinito.
 En Marzo, Mayo o Noviembre.
El que no crea, vea.
Nubes. 
Admirables, porque nunca iguales dos días seguidos
Milagreras. 
Portadoras de historias y de asombro infinito.
También de lluvia, de granizo y de otras formas.
.

Monday 9 May 2011

Organos (in)visibles

Cuál es la diferencia entre una prostituta que alquila su vagina y sus zonas erógenas a cambio de dinero para vivir, y el cargo de una secretaria -o cualquier otro- en el que se haga uso del cerebro o de cualquier otro músculo, alquilado a cambio de dinero para vivir, pero sin amor, sin pasión y sin entretenimiento?

Saturday 30 April 2011

What makes us humans



Dance, dance, dance
otherwise we are lost


Pina Bausch



En el memorial de Pina, Wim Wenders pronunció estas palabras:
"Pina con frecuencia miraba a su alrededor irremediablemente cuando no podía encontrar las palabras adecuadas, como si fuese posible encontrar la respuesta con sus ojos. Es allí donde se hace evidente lo mucho que Pina confiaba en su mirada más que en sus palabras. Al menos confiaba mucho más en lo que podía ser visto que en lo que podía ser dicho"

Ver la peli que Wim Wenders pudo terminar, a pesar de la súbita muerte de Pina Bausch en Junio del 2009, ha sido una de las experiencias más bellas que he vivido.

Como él mismo dijo: "Pina reinventó la danza. Por mi parte sentí que en cierta forma yo también tenía que reinventar la manera de hacer cine".



Lo que Wenders ha logrado es proporcionar una experiencia totalmente sensorial y tridimensional del cine, no sólo como si se estuviese viendo a los bailarines vivos, en tiempo real, bailando frente a uno, sino como si uno mismo bailara con ellos.

Pero como la danza de Pina es totalmente emocional, bailar con Pina como espectador significa sentir que nos baila el corazón, los labios, las manos, las hebras de nuestro cabello, cada una individualmente, los ojos. Y también nuestros miedos bailan, nuestras preguntas, nuestra felicidad de vivir, nuestro asombro, nuestra fragilidad, los límites de nuestra propia humanidad, que era la humanidad de Pina, y que ella siempre exploraba incansablmente.
Todo en movimiento poético. Como era ella.

Fue asombroso, como lo son las emociones y la belleza cuando es llevada a límites casi insoportables de poesía.


Movimiento que se transforma en imagen surreal, oniríca, imposible de racionalizar, imposible de entender, tal y como nuestros sueños. Movimiento que seduce, que hechiza como el más mágico de los encantamientos.

Eso hacía ella. Eso ha logrado Wenders, con los bailarines de la compañía Tanztheater Wuppertal y con la música utilizada, que es durante la peli una bailarina más, sin duda tan grande como cada uno de los integrantes.

Pocos homenajes van tan cargados de amor como éste.

Los ojos de muchos bailarines todavía están llenos de incredulidad y asombro ante su ausencia.
Muchos todavía divagan como perdidos buscándola. Muchos la llaman en sueños.

Ella era todos ellos y todos ellos viven en Pina. Y por siempre vivirán, en la eternidad del Tiempo y del Movimiento.

Gracias Wim!

Thursday 28 April 2011

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"It's never the changes we want that change everything"



... is that really credible?

                                                                        Costa da Prata, Portugal, October 2010

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"Pero a pesar de todo,
el asombro no es una enfermedad"

 
                                                                                                         Camino a la Tate, 2010

Saturday 23 April 2011

No pasa un solo instante....

Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente.
No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso.
Jorge Luis Borges


Tuesday 19 April 2011

Locos de profesión

 Jamie Foxx y Robert Downey Jr.  en la película The Soloist



Ninguna mañana es como una mañana cualquiera. Eso lo sabemos. Intentamos aprenderlo. Desde bien temprano nos lo recordamos, cuando saludamos el día nuevo, cuando olemos el aire y medimos la temperatura con nuestros pies descalzos.

Lo cierto es que las emociones, el asombro, nunca sabremos cómo nos abrazarán. Por dónde. Cuándo. No sabremos si es culpa de la luna llena de la noche anterior. De la mente divagante. Del amor.

Una mañana de esas que creen ser cualquiera, me subo al 83, el autobús que me lleva a ganarme el pan. El día está soleado y todo comienza bien. El autobús ha llegado a la parada antes que yo. Todo apuesta a que no me dará tiempo a correr para subirme. Pero el semáforo ha decidido ser mi aliado hoy, se ha puesto en rojo, justo para darme esos dos minutos de ventaja que me faltaban y alcanzar a montarme.

Todo sigue perfecto, estamos a buen tiempo, hay un asiento libre, el conductor hasta ha sonreido al abrir la puerta en la parada.

Minutos después sube un loco. Siempre hay locos en las ciudades.
Entra por donde no debe, por las puertas que son de salida únicamente. El conductor tiene que reprimirlo. El loco se acerca al conductor. Habla a la manera de los locos. Pero sabe perfectamente lo que ocurrirá si no paga.
El conductor amenaza con llamar a la policía. El loco dice que se comportará. Que no hay necesidad de llamar a nadie.
Pero no paga.
El conductor decide proseguir, para felicidad de todos los usuarios.
El loco no se sienta. Camina de un lado al otro del pasillo del autobús. Vuelve al conductor para hablarle. Es un loco amigable, pacífico. Sin embargo todos estamos tensos.
Es como si esperáramos de un momento a otro que estallara un globo.
Nadie quiere mirarlo, pero nadie quiere perderlo de vista porsiacaso.

Lo observo en silencio y por alguna razón me recuerda a Nathaniel Ayers, el loco de la peli The Soloist, el chelista de la Julliard de Nueva York víctima de la ezquizofrenia desde muy joven. Un sueño truncado por la enfermedad, preso en el laberinto sin salida de los fantasmas y las voces. Un genio convertido en mendigo de la calle, en loco de profesión.
De repente tuve el pensamiento que este loco también podría llevar entre sus sombras una mente extraordinaria.
Pero lo único extraordinario en los locos es su propia soledad. Ese misterio de saberse o no saberse en su condición, de tener esa conciencia intermitente, como un bombillo de neón viejo.

En una parada cualquiera se bajó. Abrió él mismo las puertas y salió.
Me quedé mirándolo con fascinación. Imaginando qué haría con tanta libertad.
Imaginando cuántas horas por vivir tendría su ciudad con respecto a la mía.

Thursday 3 February 2011

El primer día


Eres muy lindo... -dijo el principito. -Ven a jugar conmigo.
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-. No estoy domesticado...
-Ah! Perdón -dijo el principito. Pero, después de reflexionar, agregó:
-Qué significa "domesticar"?

Antoine De Saint-Exupery



Creo que oficialmente puedo decir  que ya no soy una desempleada.
(Uno siempre mantiene los dedos cruzados dentro de los bolsillos. Nunca se sabe.)

Cada mañana al despertar mi estómago contiene madejas de hilos de nervios.
Con el pasar del día se van deshaciendo, pero soy aún como un gato en territorio nuevo.

Los humanoides. Qué raza increíble.
Entre nosotros y los animales no hay muchas diferencias. Aunque algunos digan que sí las hay, empezando por aquella de que nosotros sí estamos iluminados por la razón.

Un camino, cuando es nuevo, está lleno de sorpresas, de novedades, de olores nuevos, de incontables detalles. Nuestra cabeza tiene que ir archivando toda la nueva información. Los ojos se mantienen más abiertos, mirando de derecha a izquierda tratando de no perder nada.

Un lugar nuevo por habitar está lleno de lo desconocido. El lugar ES lo desconocido.
La gente que lo habita es extraña. Los recorridos son hostiles. Nos perdemos en ellos una y otra vez.

La inseguridad nos hace andar despacio, nos hace medir nuestros pasos, mientras memorizamos cada pequeña cosa que pueda servirnos de referencia. "Los otros" pasan con rapidez e indiferencia ante lo externo. Son los animales viejos. Los que ya se conocen los olores y el territorio lo tienen dominado.

(Básicamente no tenemos territorio aún. Somos como los gatos asustados que observan inmóviles desde debajo de la cama, esperando... esperando a que venga un tiempo propicio para -con fortaleza y valentía- ir a explorar y memorizar).

Hasta ir a por un vaso de agua representa una expedición.
Ser nuevos en el territorio es una marca que no puede maquillarse u ocultarse.
Todos miran. Todos saben. Ellos -los viejos- ya olvidaron cuando los nuevos fueron ellos.
Así sucede. Siempre.

Hay que armarse de paciencia y de fascinación. Además no estoy sola. Hay muchos nuevos junto a mi.
Hay que ponerse la mejor sonrisa para que el brillo produzca un halo amigable, que casi siempre genera amabilidad y solidaridad.

Disfruto el camino nuevo, el aprenderme los nuevos olores; marcar los atajos; aprenderme las puertas de cada cosa y el ala este y la oeste con sus laberintos iguales. Disfruto memorizar nombres, conocer gente, dejarme conocer. Disfruto esa leve sensación de forastera, las miradas tímidas cruzadas con disimulo contenido, las sonrisas. En este proceso nunca somos suficientemente viejos o jóvenes.

Cuando ya no me acuerde y sin haberme dado cuenta, estaré caminando con esa indiferencia y esa seguridad de quien no tiene que mirar alrededor, porque aún a oscuras, se conocería el camino.
Sin darme cuenta todos los rostros tendrán un nombre y una risa. Sin darme cuenta mi espacio tendrá cosas mías, fotos, cajas de té, piedritas, plantas. Sin darme cuenta,  todos comenzarán a llamarme por mi nombre y ya no seré la del grupo de los nuevos.

Entonces vendrán los nuevos nuevos; y la rueda volverá a girar.

Friday 28 January 2011

Coser y cantar

"Cuando una situación interior no se ha hecho consciente,
aparece en el exterior como destino"

C.G. Jung



Tengo una máquina de coser.
De ahora en adelante cuando la nombre, me referiré a ella como la Bernina -su nombre propio-, o simplemente como 'Ella'.
Tiene una gran personalidad, es indudable. Tiene estilo y presencia, una compostura y sobriedad que tal vez le vienen de su estirpe suiza. Es seria y bien plantada, como una Ama de Llaves madura y elegante, como una Institutriz impecable.
Tiene sus años, vamos a estar claros. Y no es esta su primera casa, ha vivido ya en otras.
Todas las máquinas de coser tienen personalidad, porque son creadoras de cosas. Las modernas sin embargo son más ligeras, más amigables, se entregan casi que entre risas y se dejan llevar por cualquiera. Las de antaño no tanto. Se guardan sus misterios, hay que merecerse su confianza. Al principio hay que aprenderlas, ser delicados, entender su lógica y su mecanismo, resistente para perdurar en el tiempo.
La Bernina podrá haber sido hecha en serie, sí; pero una serie limitada. Pertenece a una generación nacida antes de la llegada del terrible virus de la obsolecencia programada. No hay plástico en ella, es toda hierro y acero. Su austeridad le proporciona la elegancia de la escuela de Cocó Chanel: menos es más.

Con ella me ha sucedido lo que me pasa con todas las cosas que por mucho tiempo he soñado tener. Al principio me cuesta acostumbrarme a su presencia. Como cuando Santa Claus me trajo mi primera bicicleta. Al día siguiente al despertar corrí a ver si aún estaba allí. Me sucedió con mi primer coche. Me asomaba a la ventana unas veinte veces al día para asegurarme que todavía seguía aparcado donde lo había dejado. (Con el compañero con quien comparto mi vida también me sucede de vez en cuando, asombrarme al despertar viendo que aún sigue allí, como el dinosaurio de Monterroso).

Con la Bernina está sucediendo.
Entrar al estudio y verla allí ocupando discreta y elegantemente su lugar, es siempre un emocionante saltico al corazón.
Tengo que recordarme que estamos comenzando una relación, que tenemos que conocernos. Que no puedo sólo dejarla allí para contemplarla. Tengo que hacer cosas con ella, a pesar de mi temor de arruinar algo con mi torpeza.

Algun dia llegaremos a entendernos como dos amantes que comenzaron tímidamente siendo amigos.

Tuesday 4 January 2011

Quadrivium y Trivialis, lo que se aprende

A Record Of Life from Owen Gatley and Luke Jinks on Vimeo.


Mi madre me ha repetido siempre, desde que soy niña, que las matemáticas me seguirían hasta la muerte; que no había manera humana posible de evadirlas, y que toda la Literatura y la Poesía del mundo no serían suficientes para esconderme de ellas, por más altos que fueran los muros construidos con mis libros.
(Mi madre, que es Biólogo, pero ante todo es poeta y costurera mágica, hacedora de muñecas y de pañuelitos de hojaldre rellenos de confitura de albaricoques).
En la cinta métrica alrededor de su cuello siempre he visto los números y sus exactas proporciones, así como en la balanza, donde siempre la harina ha esperado ansiosa por la levadura, en sus exactas proporciones.
Poco a poco le he ido dando la razón. Que me perseguirán por siempre, es indudable. Que las entenderé no.
Lo que pasa es que había que verlas con otros ojos. Son insondables y sorprendentes como lo es el resto del mundo. Tan sólo hay que aprender a vivir con ellas. Como se hace con el resto del mundo.




(Gracias a Edgui por este video enviado en Abril 2010, y que vengo a encontrar apenas ahora, cuando ya el año tiene otro número. Pero la belleza es inmune al tiempo y a las matemáticas del tiempo)